Cosas top: The Aurors

De a poco voy a ir compartiendo cosillas que encuentro por ahí y que no me caben en ninguna otra categoría. Hace tiempo que quería incluir este video de alguna forma en el blog, y este es el único modo en que se me ocurrió:

The Aurors es un programa producido por la cadena gringa FX, basado en los Aurores de Harry Potter, obviamente. En el tráiler para la serie, vemos cómo los Aurores deben lidiar con los magos malosos y cómo las cadenas de poder facilitan o dificultan su trabajo. Es un programa policíaco con magia.

O sería, si fuese real. FX sacó el trailer para esta serie para el Día de los Inocentes en 2011 y hubo varias que casi morimos de la impresión y del susto y AKSJHAKSH. Queríamos que este programa fuera real. El último Harry Potter acababa de ser publicado y nuestra necesidad por algo más, aunque sea lejanamente basado en cualquier cosa Potteriana, era vital.

Pero no fue así. Fue una broma. De la televisión. En youtube. Pero les quedó tan increíble el trailer! Son 50 segundos de pura tensión y todavía sueño a veces en cómo serían los capítulos, si habría menciones a los personajes de los libros (tendrían que nombrar al menos a Harry y a Dumbledore, ¿no?), qué conflictos y conspiraciones hubiesen visto la luz y siento mariposas en la guata porque hubiese sido tan pero tan bakán tener una serie así.

Bueno, para eso existe el fanfiction. #todocalzapollo

5 inventos que necesito ahora YA

Todo parte por el primer lugar de esta lista. Por Dios que sería más sencilla y menos angustiante mi vida si tuviese estas cosas, que me quitan tiempo para hacer otras cosas. Y eso que aprovecho bien el tiempo pero no, el destino se encarga en ponerme obstáculos y etc.

Vamos con la lista no más.

05. Reciclaje

Sí, hay gente que recicla y comunidades enteras en el mundo que aprovechan los desechos, etc. Pero yo vivo en Santiago, en un departamento, y la única fuente cercana de reciclaje estaba en la plaza de la esquina. Estaba porque sacaron todos los contenedores, hasta los de botellas de vidrio de Coaniquem. Así que ya ni siquiera existe la posibilidad de ir a dejar botellas o separar la basura en la casa para intentar ayudar en algo al medio ambiente. Así que exijo que me restituyan los contenedores y que también hayan políticas sencillas para conservar el agua, etc. Estetema me importa y me desvela. Obviamente.

 

04. Diseñador de ropa a lo Matrix

Desde que enflaquecí que tengo problemas para encontrar ropa de mi talla. Siempre encuentro ropa muy grande y todo mal. El problema, en realidad, es que no me gusta la ropa que venden en las tiendas, por lo tanto, me carga ir a comprar ropa y tener que probarme todo y no. Así que creo que uno debería poder enchufarse al computador, como en la Matrix, pero en vez de aprender a hacer algo (que igual sería increíble), quiero que la máquina aterrice mis ideas, en este caso, de ropa.

 

03. Comida instantánea

Seria como tener a mi abuelita en una máquina, porque siempre me gustó todo lo que me cocinaba (excepto las acelgas, wácala). Pero eso, poder meter el menú en una maquinita y que saliera la comida rica tal como la hacía mi abuelita. Mmmm, carbonada o cazuela. Así no sólo ahorraría tiempo cocinando sino que también me ahorraría tener que aprender a cocinar las cosas ricas que me hacía Vitelia. Nunca dije que fuera una chef.

 

02. Depilación automática

Porque la de ahora quita tiempo, me carga tener que ir a algún lugar a que me depilen (¿de qué le meto conversa a la niña depiladora? Me da lata) y queda fea la piel con tanta erosión. Hemos aprendido a vivir con el hecho de que no hay depilación automática flash! y tenemos quinientas mil cremitas y dispositivos y guarifaifas y yo quiero que sea como una ducha: cinco minutos y chao.

 

01. Teletransportación

Con los problemas de movilización que hay en Santiago en la semana y con el sueño/flojera que da salir a veces, mi vida sería ideal si existiese la teletransportación. En serio. Científicos, ¿en qué están que no inventan esta cuestión? ¿Todavía quieren llegar a Marte? Si todavía no llegan a la Luna! Inventen esto primero que es vital. Juro que si un hechizo de Harry Potter pudiese ser real sería la Apparición, aunque reconozco que Accio es súper útil también. Pero que sería lindo poder quedarse hasta que te aburras en algún lugar, sin tener que estar pendiente de la hora y de que se te vaya el metro, el tren, el avión, lo que sea. ¿Qué queremos? TELETRANSPORTACIÓN. ¿Cuándo la queremos? AHORA.

Y eso.

5 lugares que me gustaría conocer

Ya les conté sobre los lugares a los que he ido y que me gustaría volver, pero eso sólo me hizo pensar en aquellos lugares a los que nunca he ido y, si existiera la teletransportación, iría ahora mismo. Fue difícil reducirlo a 5 pero lo logré.

 

05. Nueva Zelanda

Desde que vi El Señor de los Anillos que quiero ir a Nueva Zelanda. Antes de eso, el destino elegido siempre fue Australia. Me gustaba la idea de pararme en medio de la isla con los brazos estirados y el viento alrededor, desierto y playa y arena. Hasta que vi el tamaño de los insectos. Así que Australia está vetada en mi itinerario, para siempre! Nueva Zelanda está al lado, hace mucho más frío así que no hay bichos tan grandes (yay) y tiene parajes hermosísimos que hemos visto en tres películas ya. Qué ganas de hacer el recorrido de Frodo, aunque sea la parte no digitalizada. Debe ser hermoso.

 

04. Rumania

Entre que siempre me ha gustado la historia de Drácula y Transilvania y los Carpatos, y que me gustan los dragones y son de por allá, hace tiempo que Rumania me cierra el ojo. Conozco Lituania, que aunque no está cerca-cerca se parece harto (sobre todo en los techos rojos y las casas bien apiñadas entre los bosques), pero no es lo mismo ir a la copia que al original. Quiero hacer el tour de los vampiros y recagarme (perdón) de miedo. No dije que no fuera masoquista (después de todo estamos hablando de tomar un avión para ir a estos lugares. ¿Por qué me hago esto?)

 

03. Mongolia

Desde chica que veo documentales, inspirada por mi mamá que es adicta a ellos, y de todos los lugares que muestran en esos programas, siempre me ha llamado la atención Mongolia. Hace frío pero es desierto y hay montañas y todos andan a caballo, hasta los niños chiquititos. Me gusta el paisaje y me fascina la cara de la gente, son tan ellos, tan humildes, los encuentro tan limpios de alma. Si hiciera un viaje espiritual no iría a la India (mucha gente) o a China (demasiada gente), iría a Mongolia. En mi cabeza, no hay lugar más puro que ese.

 

02. Islandia

También por los documentales y, aunque no me gusta, por Bjôrk. En algún momento de la vida caí en un documental sobre la cantante islandesa y ahí mostraban su casa, cómo ella caminaba por la playa y buscaba sonidos en la naturaleza para incorporar a su música. Me encantó el lugar donde termina el documental: es una playa pero no hay arena, todo es ceniza volcánica, blanca, fría, que se mueve; y Bjôrk camina por este lugar mientras la cámara se aleja hacia el cielo. Esa imagen me provocó un «quiero ir ahí ahora ya» tan fuerte que nunca se me olvidó. Me encantaría ir. *revisa el presupuesto*

 

01. Antártica

Si no se dieron cuenta, me gustan los lugares donde la naturaleza es protagonista. La Antártica es un desierto helado y por eso me llama la atención. Quiero ir a ver esos glaciares enormes y sentirme más chica que una pulga mirándolos. Quiero ver a los pingüinos y a los lobos de mar y a las focas tigre (aunque no quiero ver a las tigre comiéndose a los pingüinos porque me da pena). Quiero sentir por dos segundos ese aislamiento total, pero con seguridad, no a la mala. Abrigadita y con todo lo necesario, si tan loca no soy.

 

BONUS TRACK

00. Escocia

Ya, si sé que los tengo chatos con Escocia y mi amor por ella pero no puedo evitarlo. Quiero volver y esta vez quiero ir más al norte. Quiero conocer todos los castillos que no alcancé a conocer, quiero ir a la Isla del Hombre y a Skye y más al norte todavía. Quiero acosar a JKRowling en el camino y que Neil Gaiman me invite a tomar tecito en su casa en Skye. Jjaja. No, en serio, necesito ir a conocer el norte porque conozco sólo hasta el Lago Ness y todos sabemos que Nessie no invita a comer scones. Mala onda, Nessie.

¿Dónde quieren ir ustedes?

Planeando viajes

Desde que tengo trabajo (gracias, Dios mío), puedo darme el gusto de viajar a alguna parte de vez en cuando. Ahorrar un año, viajar el siguiente. El primer viaje que hice fue a Escocia, porque ¿cómo no iba a ir apenas pudiera al único lugar en el mundo con el que soñé por años? Yo quería ver verde de verdad, escuchar ese acento maravilloso en vivo y en directo, y respirar aire escocés. Y lo conseguí. Fue en el 2009 y salió con chiripazo porque ahí conocí a Neil Gaiman.


Ahora estoy planeando otro viaje, con familia (hermano y mamá), pero ¿dónde ir? Ella dice que con nosotros va donde sea, pero yo sé que tiene debilidad por ciertas culturas, ciertos países y en eso me he llevado cada rato libre que tengo: investigando, revisando Internet, viendo dónde se puede hacer un tour entretenido para los tres sin tener que quedar en la quiebra en el camino tampoco.

No me gusta planear viajes, lo confieso. Sí, ver fotos en internet de lugares a los que podría ir es entretenido, es lindo, me da ganas. Pero a veces me quita las ganas de ir porque como ya vi tanta foto en línea, termino preguntándome ¿para qué voy? Arma de doble filo. Ahora tengo que pensar en mi hermano y mi mamá, no sólo en lo que me gusta a mi así que más complicado aún.

Además que odio volar. Odio los aviones. Lo paso pésimo desde que llego al aeropuerto hasta que me bajo en el otro aeropuerto. No nací para no tener los pies en la tierra. ODIO VOLAR. Admiro con una envidia violenta a quienes pueden dormir el viaje completo, ver películas, comer, tomar, etc. Yo no puedo. Soy un manojo de nervios que se pasa películas todo el camino y cuando haces eso por 13 horas es agotador. Odio volar.

El último viaje que hice, en febrero, fue cerquita: a Brasil. Lo único que tuve que hacer fue ir a comprar el pasaje porque una de las amigas con las que iba hizo todo: tomar el tour, elegir hotel, ver dónde podíamos ir a pasear, etc. Nunca antes me había pasado y lo disfruté montones. Claro, no descansé como quería pero lo pasé increíble y -al final- fue una excelente experiencia.

¿Cómo lo hacen ustedes? ¿Les gusta planificar viajes? ¿Usan harto Internet para ver dónde ir, ya sea en Chile o afuera? ¿Dónde les gustaría ir?

Lo que quería ser cuando grande

Desde que tengo memoria, siempre quise ser actriz. Siempre. Hacía escándalo en la casa, me tiraba al suelo, cantaba, hacía como que me desmayaba, inventaba cuentos en los que siempre era la protagonista (obvio) y todo terminaba feliz.

Dicen las malas lenguas (familiares) que no siempre fue así porque solía pasearme por la casa de mis abuelos, micrófono en mano, entrevistando a los peluches, al perro y la familia, hablándole a una cámara invisible gracias a mi alter ego periodista que se llamaba Carolina González (nunca he dicho que soy buena para los nombres). Por lo tanto, siempre quise ser periodista.

Lo que nunca cacharon en mi familia era que lo de la periodista era un acto, era de mentira, yo lo que de verdad quería hacer era… no ser yo! Ser otra persona por un rato, vivir cosas que como yo jamás haría y después volver a la seguridad del hogar a tomar leche con frutilla y ver tele. Ese era mi sueño.

Pero crash! Tengo pánico escénico. Así que hasta ahí no más llegó mi sueño de niñez, mi deseo de estar tras la gran cortina roja, mi «cuando grande quiero ser…» Lo intenté, juro que lo intenté, pero no pude. Fue más grande que yo y tuve que empezar a buscar alternativas al sueño, aterrizar de las nubes, porque si no lo hacía, la frustración y la depresión me iban a tomar el pelo y no me iban a dejar ir.

Así que estudié Periodismo. Ríanse, está bien. Me cargó. No trabajo de periodista y es por eso mismo, porque me cargó el ambiente, me cargó la chuecura del gremio, así que nunca ejercí. Entre todas las herramientas que adquirí desde niña, elegí una de ellas y con esas me las he arreglado. Claro, pasé por una etapa oscura y que es mejor no recordar, pero -aunque no fue para nada el sueño de niñez- me permite soñar con cosas alcanzables (viajar, comprarme libros y DVDs, darme gustos).

Por eso me gusta tanto ver películas. Por un momento, aunque duela, me pregunto si podría haber hecho yo ese personaje, me enojo cuando eligen a malos pero populares actores para hacer ciertos personajes porque yo exijo calidad, porque no pude estar ahí. Quizás hubiese sido pésima, pero mi sexto sentido me dice que no, que sí tenía dedos para el piano y aunque no es una frustración invalidante, porque de cierto modo elegí dejar el sueño atrás, siempre va a estar ahí, entretejido con los sueños–no, las aspiraciones que tengo ahora. Nunca es tarde y, oigan, de repente me pongo Gryffindor y hago cosas que nunca pensé hacer. Uno nunca sabe 🙂

¿Cómo les fue a ustedes? ¿Qué querían ser cuando crecieran? ¿Lo lograron?

Juego: Bachillerato

Este post va con nostalgia. Hace aaaaaaaños que nadie quiere jugar Bachillerato conmigo y me da una pena atroz. Siempre fue mi juego favorito para cuando fuera: vacaciones, el colegio, ratos libres, viajes en bus.

Para esas almas jóvenes que me leen y que no conocen el Bachillerato (les debería dar verguenza), era tan simple como sacar una hoja del cuaderno y buscar un lápiz bueno; hacer una grilla y decidir las categorías. Generalmente,sobre todo si uno jugaba con la mamá o alguien de otra generación, se usaba una como esta:

Si ibas a jugar con amigos, primos, gente de tu edad, ya se ponía mejor la cosa y podías agregar categorías como juegos, programas de televisión, canciones, bandas, películas y otras tantas que se te podían ocurrir. Si eras súper astuto y anotabas una palabra que nadie más tenía, te llevabas todo el puntaje; si no se te ocurría nada novedoso y tenías la palabra repetida con alguien más, se dividían el puntaje. Ay, cómo amaba este juego.

¿Por qué ya nadie juega conmigo? Porque estoy rodeada de gente fome. Y porque les da lata jugar conmigo porque escribo muy rápido entonces obvio que voy a ganar. ¿Acaso el punto no es jugar y pasarlo bien? AH?! (Soy tan Hufflepuff a veces). Pero en serio, no es eso lo entretenido. O sea, yo igual juego Monopoly si hay quórum y me carga comprar y vender cosas. O juegos de cartas y soy nula con los números. Gente poco solidaria.

La última vez que jugué Bachillerato fue en Canadá. La familia con la que pasé Año Nuevo tenía decenas de cajas con juegos de mesa y como era invierno, Navidad, jugábamos todas las noches antes de cenar a algo distinto. Ahí conocí juegos entretes que ya les comentaré. La cuestión es que la versión gringa del Bachillerato es bien top:

Se juega con una pirinola que tiene símbolos y otra que tiene letras. Así que nada de intentar hacer trampa recitando el abecedario bien rápido o ultra lento para que salga la A. Acá la pirinola te da la letra y el nivel de las categorías que tienes que revisar para completar tu cartón. Además, las categorías vienen impresas en unas tarjetas y son más diversas que las que uno jugaba cuando chico. Yo tenía que jugarlo en inglés y a veces había categorías que no entendía o de las que de verdad no sabía nada, pero jugué igual porque soy buena onda. ¿Ven?

Creo, y es un creo bien grande, que venden el Scatergories aquí, en Chile. Quizás hicieron una versión traducida del gringo o una versión española directa, no sé, pero me da la impresión de haber visto la caja alguna vez en la sección de juegos (sí, voy a la sección de juegos bien seguido porque me encantan los juegos de mesa y por mí tuvierse 500 pero para qué si nadie juega conmigo, forever alone).

Eso les quería contar. De cómo extraño jugar Bachillerato. Más que nunca ahora que una podría jugar Bachillerato de Harry Potter, por ejemplo, o de otra serie/libro, inventar categorías especiales y ver quién es el más fan. Si al final la cuestión no era quien escribía más rápido, sino que a quien se le ocurría más rápido la respuesta. Pucha que sería entretenido! Obligada a seguir jugando Solitario.

Respetar el metro cuadrado

Si hay algo en la vida de lo que estoy convencidísima es de lo siguiente: el mundo estaría mejor si respetáramos el metro cuadrado del otro. No me iba a incluir en le súper frase, porque intento todos los días y a cada momento tener ese respeto con el otro, pero me pareció correcto incluirme porque somos una sociedad y bla bla bla.

¿A qué iba este post, entonces? A contarles sobre una de las cosas que me sacan de quicio!! Así me relajo yo, ustedes pelan a la gente, quedamos todos contentos, etc.

Por ejemplo, el espacio físico. En la micro, en el metro, en la calle es casi imposible respetar el metro cuadrado físico de los demás ciudadanos. Totalmente entendible. Pero, ¿es necesario entonces meterte a la mala en la micro y no hacer la fila? ¿Es vital pasar a llevar a la gente, físicamente, cuando vas caminando por el Paseo Ahumada? Porque cruzar Ahumada con Huérfanos es como jugar Tetris Humano, donde perder un brazo o recibir un codazo son peligros potenciales reales! Cuando sales de una tienda a la calle, ¿miras a los lados antes de salir o te lanzas a la vida sin importar quién vaya pasando frente a la puerta? (Me ha pasado tantas veces recibir el pisotón de alguien que va de distraído por la vida, después de esa sensación maravillosa de gastar plata en zapatos, por ejemplo, entonces salen de la tienda tan felices que no se dan ni cuenta que una va pasando por el mismo lugar que ellos y así. Uff)

Me molesta eso, sí; pero lo que más me molesta es cuando no respetamos el espacio común. ¿Por qué? Porque resulta que la calle, la plaza, la vereda, la micro, la esquina es de todos; eso significa que es mi metro cuadrado y es tu metro cuadrado. Si te importa un pito mi metro cuadrado y botas la basura en la calle o tiras el palito del helado por la ventana de la micro (hay pocas cosas que me ennerven más que eso), bien; pero -y aquí me voy a poner Kenita Larraín y citar el lugar común- ¿cuando tu llegas a tu casa haces lo mismo? ¿Eres igual con TU metro cuadrado? Yo creo que no.

Respetar al otro, sin siquiera tener que entablar una conversación con ese otro, es tan fácil. TAN FÁCIL. O quizás yo lo encuentro fácil porque me criaron teniendo en cuenta siempre al del lado. No molesten, no levanten la voz porque la demás gente se enoja, no corran/jueguen muy fuerte que el Tata está durmiendo siesta. Fuimos niños calladitos, ordenados, respetuosos.

Veo a los papás ahora en la calle, en los parques, en el metro y les da lo mismo. O están hiper cansados o ya se dieron por vencidos o de verdad les importa nada ese ser humano que están criando con las mismas mañas que fueron criados ellos. El porcentaje de papás y mamás a los que veo enseñar a sus hijos sobre el cuidado al medio ambiente, el respetar el metro cuadrado del otro es tan enano que me provoca risa/rabia. Incontrolable. Se abren las puertas del metro y los niños corren desaforados a agarrar asiento. ¿Quién les enseña eso? ¿De verdad están tan cansados ellos que necesitan sentarse? Miro a las mamás y son jóvenes, miro a los papás y no llevan cajas. Entonces no entiendo.

Quizás soy más chapada a la antigua de lo que pensaba y estoy en esa etapa en que todo lo antiguo era mejor y en mish tiemposh y la cuestión. Pero algo me dice que no estoy tan mal en pensar así y que, quizás, si se tuviese más conciencia del metro cuadrado colectivo y del personal, del metro cuadrado del otro, todo funcionaría mejor en este mundo. :/