Libros y Editoriales

Leyendo el diario, hay días en que no debería leerlo porque quedo mal (pero ese es otro tema), me tropecé con el siguiente titular: «Norma que traba ingreso de libros causa controversia en Argentina.» Procedo a leer la nota (porque me gusta el tema de los libros y porque tengo un Diplomado en Edición y Publicación) y quedé PLOP.

Resulta que si tu vives en Argentina y compras un libro por Internet, desde esta semana te va a llegar a tu oficina de Aduana más cercana, no a tu casa. En Aduana, para que te entreguen el libro, tendrás que pagar diez dólares; y eso es sólo si el libro que pediste pasa las pruebas que le van a hacer en Aduana. ¿Qué pruebas? A la tinta. A LA TINTA. El gobierno federal dice que todo esto es para proteger a los ciudadanos argentinos de los posibles tóxicos que tengan las tintas usadas en el extranjero.

Estoy como marcando ocupado. En mi vida había escuchado una norma tan idiota. Ya, puede que tengan antecedentes sobre toxinas en la tinta de libros que llegan desde afuera, pero ¿someter cada libro que llega por correo a pruebas y más encima cobrarle al usuario y hacerlo ir a Ezeiza, que está a 35 kilómetros del centro de Buenos Aires?

Me da la impresión, y espero no pecar de inocente, que las compras de libros por Internet en Argentina han ido en aumento (no manejo cifras) y, por lo mismo, las editoriales que tienen su negocio en ese país, reconocido por vender libros a muchísimo menor precio que en Chile, están tomando medidas. O al menos haciendo lobby político para que se tomen medidas y este es el primer paso.

Están asustadas las editoriales. Al menos los conglomerados grandes que temen dejar de recibir tantos millones por concepto de venta de libros; las independientes están acostumbradas a sufrir y considero que siempre tendrán trabajo, hay harto talento en toda Latinoamérica en gente que no apela necesariamente a la masa y las editoriales independientes son su mejor opción para legar a un público cautivo.

Recuerdo que durante el Diplomado hablamos harto del libro digital pero las editoriales que nos visitaron (grandes y pequeñas), estaban recién -hace dos años!- tomando las primeras medidas para meterse en el tema. ¿Demasiado tarde? Quizás no, pero reaccionaron muy lento y eso les va a costar. De todas formas ya son parte de un proyecto editorial global en español, donde los usuarios podrán comprar títulos digitales en nuestra propia lengua a diferentes lectores o simplemente al computador.

Amo leer. Amo dar vuelta las páginas de los libros. Me gusta poder sentir el peso de una historia no sólo en sus palabras. Pero también soy cómoda y soy moderna, entonces tengo mi Kindle lleno de libros y lo acarreo para todos lados, algo que no podría hacer con todos los libros que quiero leer. Entiendo el romanticismo de tener un libro entre mis manos pero no puedo dejar de lado lo práctico que es tener un lector digital, lo sencillo que es adquirir un libro a través de Internet y el placer que se siente borrarlo del Kindle si no me gustó (jamás quemaría un libro, eso sí, entonces es menos satisfactorio odiar un libro en papel).

Está, claro, la traba chilena que es el debate eterno del precio de los libros, todo por culpa del IVA. Uno de mis profesores, Gerente de un conglomerado editorial enorme, nos hablaba del tema así (parafraseado): le echan la culpa al IVA pero la realidad es que el IVA es muy poco. Si una persona no compra un libro porque cuesta 25 mil pesos, tampoco lo va a comprar si cuesta 23.

Creo que tiene razón pero también creo que habla desde el punto de vista del negocio. A él no le llama la atención que el libro cueste 25 mil pesos. Yo, como lectora, creo que a menos que sea la Enciclopedia Británica completa, un libro jamás debería costar sobre los 15mil, por una cuestión ética y sin tener en cuenta el papel, la tinta, la impresión, el diagramador, el editor y todo lo demás que la gente no ve y que está presente en la elaboración de cualquier libro.

Yo tengo la suerte de saber otro idioma y poder comprar libros por Internet a un tercio del precio en Santiago. Un ejemplo: En Santiago, Los Juegos del Hambre cuesta 18mil pesos (el primero, porque va subiendo) y en Internet puedo encontrarlo -nuevo- a 6 dólares. Como soy chilena ascurría, lo compro donde el envío es gratis. Listo. Con todo lo que ahorré, me compro más libros.

Pero no todos tienen esa posibilidad y de verdad creo que si queremos formar mejores seres humanos, intelectual y espiritualmente hablando, al menos deben existir políticas de gobierno y privadas que permitan que los libros (los que sean) lleguen a los sectores más vulnerables. Hay iniciativas pero son pocas y, a pesar de eso, han generado cambios cuantiosos. Cuando una persona lee y se entusiasma por leer, no sólo disfruta de una historia cualquiera sino que escribe mejor, estudia mejor, aprende mejor, aspira a más y -por ende- mejora como persona. Si las posibilidades hay que darlas de chiquitito, pero si las políticas no están, habrá un papá o una mamá que inculque ese cariño por leer (aunque no exista en ellos mismos) a ese hijo/hija.

Ya me puse medio sermoneadora pero es un tema que me toma y cuesta que me suelte. Lo que quiero decir es que sí, en Chile los libros son muy caros pero no es sólo culpa del IVA; sí, la norma en Argentina es pelotudísima pero me hizo reír así que yay; sí, puede que usted tenga hijos y odie leer y espera que en el colegio les nazca el amor por ellos; sí, usted está equivocado y si quiere que sus hijos lleguen a la Universidad o sean mejores personas, hágase el ánimo de al menos inventar que las historias son entretenidas y no una obligación. Lo del precio es una excusa (libros usados hay en muchas partes y, si no, bibliotecas), así que no alegue que no lee porque los libros son muy caros.

Libros, editoriales, negocios, necesidad. De eso va este post, al menos. Y alégrense que no me puse hablar del proceso de edición ni de la vital importancia que tiene porque no termino nunca. Amo editar. Ya. Eso.

Los Juegos del Hambre

Anoche fuimos a ver Los Juegos del Hambre. No puedo describir lo emocionada que estaba por ver la película, después de haber devorado los tres libros tres veces. Sí, tres veces. Alcancé a releer el primero antes de la película así que todo estaba fresquito en mi memoria, pero creo que el director y los guionistas hicieron un trabajo de adaptación espectacular.

Con Harry Potter, siempre me pregunté si quienes no han leído el libro entendieron la película o no. Creo que los cambios que le hicieron a este film son enanos, considerando lo que abarca el primer libro; pero hay un par de cosas que -como siempre- me dejaron marcando ocupado, otras que amé, otras que me dieron lo mismo y otras que me sorprendieron mucho.

Ah, advertencia: hay spoilers, obvio. Si no han visto la película, no sigan leyendo. Si no saben si verla pero leyeron el libro, es decir, conocen la trama, continúen. Si no conocen la trama, pueden revisar este post. Sepan que les cuento la película entera a continuación.

Anoté cosas así que empecemos. 


La película comienza con Caesar entrevistando a Seneca Crane, el cerebro de los juegos de este año. Me gustó que empezara así porque te explica de inmediato la naturaleza de los juegos, por qué existen, por qué Prim tiene tanto susto (Prim no es perfecta en la película! Prim tiene emociones! Me encantó, a los 2 minutos), por qué es un día especial en todos los distritos y por qué en el Capitolio es considerado un honor participar en los juegos.

Aquí aparece la primera escena ‘extra’, algo que no vemos en el libro pero que pusieron en la película y funciona: Prim tiene miedo porque es su primer año en La Cosecha y Katniss le canta para tranquilizarla. En el libro, Katniss menciona que hace esto pero, claro, nunca lo vemos y creo que fue un toque lindo para entender por qué Katniss se ofrece a tomar el lugar de su hermana. Prim es todo para Katniss. (Y gracias por mostrar a Buttercup, aunque sea por un segundo. En serio).

Para mover un poco la historia, cambiaron algunas cosas, en la Arena de competencia también hay cosas diferentes, pero nada daña la historia y eso me gustó mucho. No es una adaptación página por página del libro (te estoy mirando a ti, HP y la Piedra Filosofal), pero mantiene el 95% de lo que sale en el libro y le añade unf. Pucha que es importante el unf.

Cosas que me gustaron:

  • Prim demuestra que no es el copo de nieve perfecto que Katniss siempre describe. Prim está aterrada y tiene pesadillas antes de La Cosecha. Un siete.
  • Haymitch. Yo quería que fuera Tim Roth. De cierto modo, hasta mi última releída del libro, seguía siendo Tim Roth; pero debo reconocer que Woody Harrelson lo hizo increíble. Le creí la borrachera, le creí las pocas ganas de estar ahí, le creí que trabajara por sus tributos y eso merece otro punto.
  • POR FIN vemos cómo funcionan los juegos detrás de la cortina. Lo que Katniss no ve porque está preocupada de sobrevivir en la Arena. Vemos cómo Seneca Crane elabora las pruebas, vemos cómo graban a los tributos en el bosque, vemos cómo Haymitch habla con los auspiciadores para conseguir regalos para Katniss y Peeta, vemos cómo se va armando el Juego, literalmente.
  • Y no hay juego sin trampa, sin que alguien lo dirija y ese alguien es el Presidente Snow. En el libro sale al final y me encantó que acá saliera harto (me gusta Donald Sutherland). No es sólo la cara de Panem, es el que mueve los hilos para detener esa amenaza llamada Katniss Everdeen. El que saliera cuidando sus rosas fue un detalle maravilloso. Casi salté del asiento cuando las vi. Bien. Otro siete.
  • No es que defienda el leer el libro antes de ver la película pero me fascinó saber quiénes eran todos los personajes antes de que alguien dijera el nombre. Con los tributos es complicado, porque son 24 personas que recordar. Para mí fue más fácil darle los nombres que conocía altiro a quienes conocía. Se sintió top.
  • Stanley Tucci. Lo hiciste fantástico como Ceasar Flickerman. Te amo.
  • Glimmer, antes de entrar a la Arena, le pregunta a Cato si está preparado. Me dio tanta risa. Culpo a Mark (de Mark Reads).
  • Me gustó que los regalos en la Arena incluyeran una notita de Haymitch. Se hace más claro qué es lo que busca, considerando que no entramos a la mente y la paranoia de Katniss en la película. Otro buen toque que sacó hasta risas en un momento. Bien.
  • Aunque fue terrible de ver (y oír!), la parte de las avispas estuvo súper bien hecha. Me encantó cómo trataron las alucinaciones que Katniss tiene por las picaduras y cómo se encuentra, después, con Rue.
  • Rue. Qué linda que es Rue. También me gustó. No le creí mucho en la escena final pero se logró el objetivo igual. Linda Rue.
  • La música. Simple, casi imperceptible pero poderosa cuando debía ser. No me refiero al Soundtrack,  hablo de la música incidental de la película. Me gustó mucho.

Cosas que me no me gustaron tanto:

  • La gente del Capitolio no tiene acento extraño y de verdad quería ver eso. En el libro siempre le hacen burla al acento y a cómo se visten en el Capitolio y aún tengo problemas para escucharlos en mi cabeza. Quería verlo en la película.
  • Sale la niña de La Huérfana y me da miedo su cara. Menos mal que acá hace de Clove y Clove siempre fue malévola entonces era fácil odiarla pero de verdad que me da miedo su cara, y eso que vi apenas los 15 últimos minutos de La Huérfana. No, gracias.
  • No sale el Alcalde, por lo tanto, no sale Madge; no hay naves que retiran los cuerpos de la Arena (no las vemos), no hay Avox, no dicen qué son las Mutaciones (a menos que me haya perdido esa parte, ahí fue cuando me distraje por el ruido infernal que había en el cine, uff). Eso es lo que no hay, porque hay cosas que salen pero súper resumidas. Pero salen.
  • Yo entiendo que Liam Cómosellame sea guapo y que las niñas quieran verlo en la película, pero inventaron un montón de tomas chiquititas para darle más pantalla y, por lo menos en mi sala, todos se reían cada vez que salía. MAAAAL. Eso es lo que llamo ‘tiro por la culata’. /Team Peeta.
  • No sé si queda claro para la audiencia que todo el Katniss/Peeta era de mentira pero de verdad. O sea, en pantalla se ve clarito que Peeta está enamorado hasta las patas, pero no me queda claro con Katniss. Mmmm. (El problema es que no conozco a nadie aún que haya visto la película pero no haya leído los libros. Maldición).

Hay dos cambios que no sé cómo van a manejar (supongo que sí, tendremos que esperar a la próxima película) y por eso me llamaron la atención:

  1. No hay mención a que Peeta ahora tiene una pierna de metal. No usa bastón en la última entrevista con Caesar, nada. No he releído el segundo libro en un tiempo así que no recuerdo bien si es así HIPER importante, pero lo anoté y quería comentarlo.
  2. En el tren de regreso al Distrito 12, no hay pelea entre Katniss y Peeta y eso si que no me gustó. Me encanta leer esa escena (el amooooors y la traición!), me fascina que el libro termine con Katniss confundida a más no poder, porque eso la hace volver donde Gale y que cambie su relación con Peeta. Me hubiese gustado que esa escena no cambiara porque como que la dejaron abierta a un triángulo amoroso ashí y me da lata.
Para terminar, quiero decir dos cosas, sobre los protagonistas:
Nunca me gustó Jennifer Lawrence para hacer de Katniss. Cuando la eligieron, busqué sus películas para ver cómo actuaba y no me gustó. De verdad no pensé que iba a poder darle vida a Katniss y yo enojada porque quiero tanto los libros. Pero me sorprendió. Lo hizo muy bien y le debo una disculpa. Cuando la vea, le cuento cómo me cargaba y que yo quería que Katniss fuera Haylee Steinfeld.
Josh Hutcherson (Peeta). Permítanme un momento para fangirlear. He visto casi todas las películas que ha hecho Josh Hutcherson. Me encantó en Little Manhattan, me gustó en The Bridge to Terabitha (manera de llorar con esa película), hasta en Zathura donde tiene como 10 años y sale rechonchito. Lo sigo. Me gusta como actúa. Y desde siempre fue mi elección para hacer de Peeta Mellark. Así que no tienen idea de lo que sentí cuando supe que de verdad iba a ser Peeta. Lo amé. Amé todo lo que eligió hacer con el personaje, creo que le dio en el clavo con el encanto y todo lo que significa ser Peeta. No puedo estar más orgullosa de haberlo elegido (aunque sea en el plano astral) y que no decepcionó. Salí como en una nube de felicidad.
Eso es. Uff.  Ah. Team Peeniss!

Respetar el metro cuadrado II: El Cine

Desde julio que no iba al cine porque sólo voy a los estrenos de Harry Potter o cuando una película me tinca muuuuuucho. En realidad, con esto de la ansiedad, me cuesta ir al cine; me siento mal y tengo que salir de la sala entonces ¿para qué ir a sufrir? Mejor no voy. Hago el esfuerzo por lo importante.

Anoche fui, después de casi un año, porque estrenaron Los Juegos del Hambre (no se preocupen, esta no es la reseña de la película, esa se viene en un ratito; me quería sacar esto del pecho para no arruinar ese post porque voy a tirar un poco de mierda) y me di cuenta de que no es sólo por la posibilidad de sentirme mal que dejé de ir al cine, es porque no soporto a la gente.

Quizás ya estoy vieja o justo andaba hiper sensible y me molestó todo, pero hay ciertas cosas que simplemente no se hacen en una sala de cine. Punto. ¿Dónde está el respeto por el del lado? En serio. Déjenme darles algunos ejemplos.

– Yo entiendo que haya gente a la que le guste comentar todo o que le de lo mismo los comerciales. A mí no. Hace harto que dejé de pedir silencio mientras dan los trailers de los próximos estrenos, pero ya reírte a carcajadas porque la Pepita no sé qué. O sea, si lo de Pepita es tan importante, ¿para qué vas al cine a comentarlo? Anda a ver a Pepita, llévale una chela y conversan en su casa. Mucho más cómodo y, CLAVE, no molestan a nadie más.

– No sé quién fue el genio que inventó que en los cines se come. Yo por principio, desde que soy muy chica, nunca como en el cine y no es de amarrete. No soporto el sonido de las cabritas en mi cabeza. Si voy al cine, voy a ver la película. Si leyeron un post antiguo, para mí ver películas es importante entonces me lo tomo en serio. Ya, me puse grave. Hay gente que va a entretenerse y le da lo mismo y las cabritas son ricas. Perfecto. Pero no hagan sonar el famoso paquete mientras llegan a ese último popcorn. La cuestión mete bulla. Y harta. (Aparte que algunos desatinados lo hacen justo en la única parte emocionante de la película. MAAAAAL).

– Anoche me tocó justo un trío de conversadores atrás. Se rieron durante toda la película. Salía Gale, se reían. salía Ceasar, se reían. Salía Seneca, se reían. Tiraban la talla, etc. Yo entiendo que es un momento de relajo, de verdad que me pongo en el lugar de la gente (Shuper empática yo) pero fue demasiado. ¿Que no se dan cuenta que con la risita estúpida de verdad distraen al resto y le arruinan la película a la gente? Yo también pagué entrada, igual que tu, y estoy respetando tu espacio, ¿por qué no puedes hacer lo mismo por mi? COSAS QUE ME EMPELOTAN

Ya. Me desahogué. De verdad que en un minuto me tenía mal. Hay una parte entera de la película en que no computé nada porque el empelotamiento me llegó en mala. Lo comentamos al salir del cine y no fui la única que se dio cuenta de que hablaron mucho, alguien metió bulla justo en un momento crucial de la historia, quitándole todo el efecto a las escenas (lo peor!) y, en general, como que me quitaron todas las ganas de volver al cine en el futuro cercano.

Mejor me quedo en mi casa a ver películas de ahora en adelante. Nadie me molesta, nadie mete bulla ni me habla y así le puedo poner atención a la trama. Si a eso va uno! ¿No?

Blog: Zancada

El blog de hoy es uno de mis favoritos, lectura de todos los días y varias veces al día también.

Zancada es el blog para mujeres más leído en Chile. Su apellido es «cosas de minas», pero en realidad hay todo tipo de temas: cine, música, arte en general, contingencia, moda, política (a veces) y temas cotidianos, desde datos caseros para quitar manchas a novedades del mercado y cómo detectar jotes.

Hace varios años que leo Zancada. Al principio -y por mucho tiempo- leía solamente, nunca comentaba, pero leer los posts y sobre todo leer los comentarios y los debates/conversaciones/peleas que se daban ahí era muy entretenido. De a poco fui reconociendo nombres, a los trolls (lo extrañamos?), a la gente que comentaba siempre, a los que alegaban por todo y a los que siempre tiraban la talla.

De a poco, fui comentando también y ahora lo reviso todos los días y comento en todos los temas que encuentro interesantes. Hasta he ido conociendo más a otras Zancadas con las que siempre comento en el blog, o nos mandamos mail o por twitter.

Lo que me gusta de Zancada es la variedad de gente que lo visita. Si bien es un blog dirigido a mujeres, no son sólo mujeres las que comentan y eso le da un toque entretenido para leer. Sobre todo en los temas que son como súper de mina, aunque es raro ver comentarios de hombres, igual creo que dan una perspectiva interesante. Siempre es bueno conocer más opiniones y visiones del mundo. Eso no sólo pasa con los temas tildados de femeninos, porque cuando publican temas contingentes y la discusión se acalora, uff.

Hay posts que, aunque estén ‘pobremente’ redactados (en el sentido de que no dicen mucho pero el tema en sí da para mucho) han aparecido unos comentarios fantásticos y ahí yo, obligada a revisar los posts quince mil veces al día para ver los comentarios nuevos. Como cuando recordaron el «Trágame tierra» de una revista y todas contamos nuestros momentos más vergonzosos o de gente cercana a nosotros y, por Dios, me reí todo el santo día en la pega.

Por eso también me gusta Zancada, porque es una brisa fresca mientras estoy en el trabajo. Si tengo un minuto o dos, voy a la página y me relajo ene leyendo y comentando. Son los cinco minutos que me doy para mí, todos los días en en la oficina.

En realidad no es mucho más lo que puedo contarles, tienen que revisar la página y leer lo que publican y los comentarios. Es entretenido. A veces hacen concursos, a veces dan datos de concursos en otras partes, siempre hay posts de películas y series y cosas ñoñas y otras más serias. Como sea, es un blog que recomiendo a ojos cerrados. Y está en español! (Hasta ahora había comentado puros en inglés no más, mala yo). Este es para todos. Bueno, todas. 🙂

Declaración de Principios

He escuchado toda la semana conversaciones sobre el aborto terapéutico y se me ocurrió hacer este post, como para que sepan altiro si dejan de seguirme o no. Las cosas claras y el Pisco Capel, como decía el comercial. Porque voy a hablar de política y nunca jamás lo hago. Ya.

En algún momento puede que haga una segunda parte de esta declaración pero por ahora:

  1. Soy Periodista y eso significa que debería estar súper hiper enterada de todo pero descubrí en tercer año que me cargaba la carrera y la terminé para terminarla. Ergo, hay temas contingentes que me dan muy lo mismo (como a cualquier ser humano) y no porque tenga el título significa que tengo que saber de todo (mucha gente comienza a conversar conmigo así «oye, tu eres Periodista entonces tienes que saber…» y procede a hablarme del litio. NO CACHO NADA Y NO ME INTERESA). Ok? Ok.
  2. Me gustaba leer de política hasta hace muy poco. Gozaba leyendo el cuerpo de Reportajes los fines de semana (tanto de El Mercurio como el de La Tercera). Había temas interesantísimos, con debate de verdad. Ahora es puro tirarse la pelota de un lado a otro. Juro que si vuelvo a escuchar la frase «en 20 años ellos no hicieron nada», me suicido.
  3. No soy de derecha ni soy de izquierda. Creo que esa definición es antigua y yo no soy antigua. Apoyo al que tiene la buena idea, sin importar de qué lado o coalición diga ser (porque que sean y digan que son es distinto).
  4. Estoy en campaña para que toda la gente que conozco vaya y vote en las próximas elecciones. Hace poco que me inscribí y que voto y creo que es súper importante. Sí, el sistema binominal es una porquería (me dicen por interno que en realidad sí funciona, que si no todo se va a la cresta, etc). Me da lo mismo. Yo quiero que el que tiene más votos, salga elegido. Me tiene harta que gente que nadie conoce llegue al Parlamento porque era compañero de lista de otro más popular y con más ruedo. No.
  5. Como decía, creo que votar es importantísimo. Si no le gusta ningún candidato, vaya y anule su voto, pero VAYA Y ANULE SU VOTO. Creo que anular el voto dice millones, no así votar en blanco (lo encuentro tan pérdida de tiempo ir y doblar el papelito, no podría). Pero no anule por anular. Ahora hay internet en todas partes y los candidatos hacen campaña hasta por los codos. Infórmese de qué apoyan, no sólo de qué quieren hacer/qué prometen, y ahí decida y vote. No me digan que soy la única nerd que lee sobre eso antes de votar. (Nota: no he ganado ni una sola elección en mi historia votística).
  6. ¿Por qué todo esto es importante? Porque así después no andamos por la calle alegando por tanto imbécil que hay en el Congreso y que, sorpresa! La gente eligió. Si está cansado de los políticos que hay ahora (algunos llevan como 30 años en el Congreso), vote por otros. El cambio da susto pero a veces es bueno. Vote por otros. Yo siempre voto por el otro (por eso nunca he ganado nada, jaja).

Sobre el tema del día, quiero decir que no me cabe en la cabeza que alguien con estudios universitarios, preparación, dos dedos de frente esté en contra de la IDEA de legislar sobre un tema en el Congreso. ¿Tanto miedo tienen de conversar sobre algo? ¿O les da lata porque hay más de un proyecto y hay que revisarlos y qué atroz? La gente en la calle está clarita con el tema, ya sea a favor o en contra, y de verdad esta gente que legisla no se va a sentar a discutir sobre el tema? Lo encuentro insólito. A punto de que me de rabia y empiece a patear perritos en la calle. ¿Qué culpa tienen los perritos? En serio.

Sin tanto más bla blá, yo apoyo la facultad de la mujer a decidir sobre lo que pasa en su cuerpo. A mi no me gusta que me digan lo que tengo que hacer, ni qué tengo que vestir o comer, ¿por qué tengo que aceptar que gente que no conozco y que no me conoce, me obligue a hacer algo con mi cuerpo? Llegando al cliché mismo, ¿voy yo a sus casas a decirles cómo vivir sus vidas?

Sí, hay formas de evitar embarazos pero creo que no pasa por ahí la discusión y aquí voy con apoyar el aborto a secas, no sólo el terapéutico (si hay tanto leseo por el terapéutico, imagínense el soponcio general que les va a dar si algún día llegan a la IDEA de legislar sobre el aborto a secas. UFF). Creo que a veces las cosas fallan, nada es perfecto en la vida, y hay mujeres que están dispuestas a aperrar y otras que no, porque no quieren o porque no pueden. ¿Por qué negarles la opción de no tener ese hijo? ¿Por qué someterlas a más sufrimiento o a tomar rutas insalubres, peligrosas, por un error? ¿Por qué someter a ese niño a una familia que no lo quiso desde el principio? O sea, piensen en los niños. Si no todos en la tierra tienen mamá y papá y viven felices jugando con la pelota en el patio.

Acabo de leer en Twitter que la Senadora (d) Von Baer dijo «la mujer no tiene derecho al aborto terapéutico porque presta el cuerpo» (supongo que para el embarazo y no se refería a otra cosa). ¿En qué mundo vive esta gente? En serio. Porque ellos tiene los medios económicos para criar los 15 hijos con los que el Opus Dei los bendice, ¿de verdad creen que el resto es igual? Si ya vemos que las ‘políticas de salud pública para prevenir embarazos’ no funcionan, porque la Sra. Juanita no va al consultorio a buscar condones para no tener más cabros chicos y si va, el marido o quien sea puede que le de lo mismo y no se le gusta el preservativo y la Sra. Juanita cagó no más. Y vamos llenándonos de críos.

¿Entienden a lo que voy? Si no se trata de andar matando fetos por matar fetos, de discutir cuando comienza la vida y de lo que la Biblia dice sobre el tema (por favor! La Iglesia y el Estado se separaron hace siglos). Se trata de tener una herramienta a la mano para quien la necesite. Como decía mi abuelo «es como comprarse un martillo. Si lo necesito, está ahí para que lo use. Pero si no, el martillo va a quedar ahí, sin uso, embalado para siempre.» Es lo mismo. ¿Qué creen que va a pasar? ¿Los cementerios se van a llenar de niños no nacidos? O sea, yo ni cagando (perdonen mi francés), pero ni cagando me someto a un aborto pero jamás se me pasaría por la cabeza obligar a otra mujer a hacer algo que no quisiera. Nunca. ¿Con qué derecho? ¿Porque unas tantas personas me eligieron como representante de su región?

Ven que es importante saber qué apoya la persona por la que votan. Y ahí vuelvo al principio y me queda redondito el post y mejor no sigo porque me está dando rabia la cuestión y por eso nunca escribo de estas cosas.

Eso.

Cuando los libros se ponen fomes

Amo leer. Desde que tengo memoria que siempre traigo conmigo un libro en la mochila/cartera/bolso, para leer en el metro o la micro, para matar los tiempos muertos cuando hay que hacer trámites/filas, para volarme un rato y no pescar a la gente alrededor mío.

El primer libro que me agarró fuerte fue Harry Potter, así que durante varios años no tuve problemas en encontrar algo que me entretuviera porque tomaba el tomo que tuviese a mano y lo releía una y otra vez. Pero ahora que Harry terminó, tuve que empezar a buscar otros horizontes. Al principio, me recomendaron sagas parecidas (libros para adolescentes, libros de aventuras) y me fue súper bien: amé Los Juegos del Hambre, me entretuve cualquier cantidad con Percy Jackson y con otros libros que no eran trilogías o sagas.

Mi problema empieza ahora, cuando ya leí todos los libros que me requeterecomendaron y estoy tiqueando la otra lista, la de los «y cuando termines estos… sigue con estos otros, quizás te gustan». No me han gustado.

Empecé una trilogía llamada «El Heredero del Guerrero» y, aunque el primer libro fue súper entretenido (me encanta la cuestión medieval), el segundo (El Heredero del Mago) me costó un siglo terminarlo y el tercero tuve que saltarme partes. Lo encontré lentísimo, bla bla bla, o quizás simplemente había perdido el interés en la historia.

Aquí va mi pregunta para ustedes. ¿Qué hacen? Si un libro no les gusta, a la mitad, ¿dejan de leerlo? ¿O se ponen obsesas como yo y aunque les duela y les de sueño y rabia, lo terminan a como dé lugar?

No puedo no terminar un libro. No puedo no saber el final. Puedo odiar a todos los personajes pero termino el libro igual. Me salto párrafos, me adelanto capítulos. Sí, hago trampa pero tengo que saber en qué termina la maldita historia.

Me pasó con un libro adorado por muchos: El Hobbit. Había leído El Señor de los Anillos en la adolescencia y me había costado terminar el primer libro, los otros dos fueron una delicia; y como nunca había leído la precuela, me tiré a la piscina el año pasado. Lo odié. Odié a TODOS los personajes. Me cargó la forma en que estaba escrito, me cargó que cantaran eternamente, me cargó que se quejaran por todo y que hablaran hasta por los codos. En mi vida me había costado tanto terminar un libro, pero lo logré.

Confieso que hasta me da un poco de susto empezar un libro nuevo ahora, sabiendo que es parte de una trilogía o saga. No quiero decepcionarme pero tampoco quiero quedarme sin leer algo que puede ser potencialmente maravilloso. Por el momento, estoy juntando libros unitarios. Nada de trilogías ni historias eternas ni nada. Hasta que los eche de menos. Porque sé que va a pasar y no quiero dejarlos de lado o enojarme porque se pusieron fomes. Nada más triste que odiar un libro (a menos que sea Crepúsculo, ahí sí).