Concierto: Michael Bublé

Anoche fui al segundo concierto de Michael Bublé en Chile.

Es la segunda vez que lo veo en vivo. La primera vez, prometí que si volvía a Chile, iría a verlo de nuevo porque me cayó TAN bien, me prometí repetir el gusto de verlo en vivo. Y no me defraudó.

Michael Bublé canta y canta hermoso. Además es simpático, ameno, sencillo. Es un tipo que ama lo que hace, es agradecido, no es pretencioso… ha madurado hermosamente y volvió a Chile con un espectáculo superior al que trajo hace un par de años. Hay menos conversación pero hay harta conversación, harto chiste, harta risa… porque Bublé lleva años casado con una argentina y todavía habla un español muy masticado y eso lo hace adorable, la verdad, porque lo intenta y entiende la importancia de que la gente lo escuche en su idioma original… el de la gente, no el de él. Le sale pésimo pero como es simpático… Ay, Miguel.

Se me hizo más corto este concierto, quizás porque ya sabía más o menos a lo que iba. La vez anterior, de verdad que no quería que terminara jamás porque lo estaba pasando TAN bien escuchando a este tipo bromear con sus músicos, con la gente, consigo mismo… ahora fue igual pero el disfrute vino de la mano de la música. Se escuchaba maravilloso en el Movistar Arena, creo que es el lugar que más me gusta ir a ver conciertos. Es cómodo, se ve bien desde todas las ubicaciones, me gusta mucho.

Bublé aprovechó la cercanía que se puede tener en el Movistar Arena y tiró toda la carne a la parrilla. Hubo fuegos artificiales, confetti, luces por todos lados y una pantalla gigante hiper bien aprovechada! La vez anterior, hubo sólo juego de luces en la pantalla inmediatamente detrás del artista pero ahora… wow, estaba hipnotizada con las imágenes que crearon para la gira, desde un video clip a decoraciones estilo art deco que te llevaban a los 40 y 50, que son las décadas que Bublé privilegia en su música.

Telonéo Naturally 7, los mismos de la vez pasada, que hicieron prácticamente lo mismo. Por último si cantaran algo más conocido como para agarrar al público pero ni eso. Esta vez no me gustó. Miguel Burbuja, como se presenta el mismo Bublé (aunque anoche también dijo que era Luis Miguel, jaja), maravilloso, apolíneo, afinado a pesar del resfrío que se nota a la legua que lo tiene más o menos, simpático, correcto, lindo, precioso.

Me encanta.