El concierto de mi vida

Sólo me demoré 18 años en lograrlo.

Pero lo logré, maldición.

Soy fan de Tori Amos desde 1996. Mi fanatismo llegó al punto de escucharla todos los días, TODOS LOS DÍAS, durante más de 8 años. Entre que sacaba discos nunca dejé de escucharla, hasta después de Strange Little Girls, ahí como que me fui interesando en otras cosas (en mi defensa, era un disco de covers, meh). Durante demasiado tiempo, Tori Amos fue la banda sonora de mi vida.

Pero nunca vino a Chile. Y cada vez que anunciaban gira, mis ojitos se abrían a lo anime pero nop, siempre Europa y a lo más Australia. Nunca Latinoamérica. Hice una petición online para que viniera, fui a la disquera dos veces (ni sabían quién era!!), escribí cartas, e-mails… hasta que me aburrí po, obvio. Y dejé de soñar, porque era casi imposible traerla.

Una vez hablé con un tipo que trabajaba en una productora y él me decía que acá no se venden  mucho sus discos entonces era imposible que alguien apostara por traerla, no era negocio. Lo que las empresas no cacharon es que era el auge del mp3 y por eso no se vendían cosas pero en los foros estaba lleno de gente de este lado del mundo que sí iría a un concierto de ella. O sea, por mi (una fan) iban hasta 5 personas más a las que yo ARRASTRARIA si ella llegaba a venir. Nunca pasó. Whatever.

En marzo, mientras hablaba con mi hermano sobre qué lugares en Europa visitaríamos, apareció el anuncio de la gira nueva. Claro, por Europa. Mi hermano, en un momento de locurayamors, me dijo «VAMOS! Donde sea pero vamos!» Creo que nunca lo amé más. Con los ojos llorosos revisamos la lista de países y como él ya había ido a Austria, compré los tickets para verla en Viena. (A todo esto, un ticket en primera fila me costó 79 Euros. HIPER BARATO).

El día del concierto me dolía la guata porque ahhh, sueño hecho realidaaaaad. Qué atroz. Pero apliqué Master Zen y había que ir no más po, no me podían ganar los nervios, no ahora. Llegamos al Konzerthaus y nos sentamos a esperar, en primera fila lateral, a que empezara el show. No les voy a comentar sobre los teloneros porque no nos gustaron, sólo puedo decir que empezó con una hora de retraso, pero no importa.

De rojo, con el pelo más anaranjado que nunca, pero sin esas extensiones horribles que usó por años… delgada, chiquitita, con tacones bien altos, acinturada, con una sonrisa atroz… y yo con los ojos llorosos intentando no desmayarme de la emoción. Creo que le apreté el brazo a mi hermano, no me acuerdo. Sólo sé que ella saludó, se sentó frente al piano y empezó a tocar Parasol y no supe más de mi.

Era hit tras hit tras hit y cada vez que empezaba una canción yo me llevaba las manos a la boca y gritaba porque AAAHHH ME ENCANTA ESTA CANCION!! Yo sabía que no iba a tocar Hotel, mi favorita, así que iba preparada a disfrutar lo que viniera. Revisando el setlist después, es de los mejores conciertos que hizo en Europa: mucho éxito antiguo, apenas tres canciones nuevas (conocía una) y un cover fome (Smells Like Teen Spirit), rodeado de cancionazas! Justo antes de tocar Cornflake Girl (inmylife), veo que la gente se para y se acerca al escenario. ¿Qué me dijeron a mi? Quedé detrás de la primera fila y ahí la pude ver más de cerca y ahhhhhhhh.

Eso no fue lo mejor. Lo mejor es que a pesar de tener 50 años, Tori canta mejor que nunca. Yo la había escuchado en conciertos grabados, tengo un montón de bootlegs y conciertos en DVD, había revisado hasta el cansancio los videos de su concierto en Nueva York de 1996, pero nadie me preparó para escucharle en vivo y en directo. No sé si fue la acústica del lugar, ideal para conciertos de cámara y óperas, no sé, pero con mi hermano nos miramos y dijimos «uuuuuu» porque se escuchaba INCREIBLE. Todavía canta la viejita, dijimos. Pero canta bacán.

No me saqué fotos con ella, no la conocí en persona y soy feliz con eso, porque Tori es medio loca y no quiero conocerla bien, jaja. No siento lo mismo con ella que con Neil Gaiman, con quien conversaría por HORAS. Eso de no querer conocer a tus ídolos me pesa acá, así que no la esperé después del concierto ni nada. Salí FELIZ, impresionada hasta la muerte de la calidad del espectáculo, enamorada más de las canciones que ya amaba y lista para escribir esto, aunque me demoré más de un mes en poder sentarme y hacerlo. Pero aquí está, aún en mi piel engallinada.

Todas fotitos mías, de mi teléfono porque no te dejaban usar cámara de verdad.