Cosas que amo: el arte de Salvador Dalí

No sé dibujar, nunca he intentado pintar en serio y sé muy poco de arte, pero las pinturas y dibujos de Salvador Dalí siempre me han llamado la atención.

Mi aproximación al arte es netamente como espectadora, me gustan las cosas que me provoquen una reacción física o mental al verlas, que me hagan cuestionar o que me impresionen, que me hagan sentir algo, lo que sea. Por eso me gusta el arte creado por el español Salvador Dalí.

Desde chica que fui expuesta a sus pinturas y dibujos, gracias a Mecano. Sí, la banda española me enamoró con su canción Eungenio Salvador Dalí y por eso empecé a mirar más sus cuadros, a leer un poco de su vida y me fascinó lo que descubrí. Este tipo era genial entero: hiper excéntrico, con un oso hormiguero de mascota se paseaba por Nueva York en su época. O sea.

Siempre me ha gustado la gente diferente, la gente original, y Dalí siempre lo fue. Es cosa de mirar fotos de su cara, con esos bigotes tan particulares y esa cara de loco. A Dalí le gustaba provocar y a mi me encanta que me provoquen cosas.

Como dije antes, de arte sé poco. No conozco períodos ni recuerdo fechas, no sé categorizar pintores en grupos ni en corrientes artísticas, de eso sé nada. Pero sí reconozco a Dalí donde lo vea, sus pinceladas saltan siempre a la vista, desde lejos y donde sea.

Mi pintura favorita de Dalí es esta. Me encanta que haya tomado una imagen súper usada y reproducida, pero que -como era su naturaleza- la haya transformado en algo propio. Sólo el cambio en perspectiva la hace suya, agregándole esas pinceladas y ese estilo tan propio y único suyo.

Para mí, Dalí siempre será sinónimo de belleza retorcida y me fascina eso. Me gustan sus jirafas en llamas y sus relojes derretidos, me gusta ese mundo en el que eligió vivir.

Les dejo este corto. Es de una colaboración que estaba haciendo Dalí con Walt Disney, para producir una película juntos. Todo el arte que ven fue hecho por Salvador, trabajo que comenzó en 1946 y que nunca fue terminado. Una pena que no haya podido realizarse como película (Disney y Dalí murieron a fines de los 80), pero queda esto que, hasta como boceto, está precioso. Los dibujos de la supuesta colaboración en cine, que se iba a llamar Destino, fueron remasterizados en 2003 por el hijo de Walt y este es el resultado.